La empresa GASEBA URUGUAY S.A. (filial de Gaz de France) acaba de despedir a 7 dirigentes sindicales con el unico fin de debilitar al sindicato e imponer una gestion arbitraria y autoritaria donde los trabajadores solo tengan el derecho a obedecer . El sindicato de los trabajadores del gas solicitan una accion solidaria a sus hermanos de todo el mundo en defensa del derecho democratico de los trabajadores a organizarse y ser escuchados.
Compañeros:
Como ustedes bien saben la difusión internacional es de gran importancia para nuestro conflicto.
Por ello les solicitamos difundan la historia de nuestra lucha contra GASEBA y nuestra última resolución de Asamblea General donde se plantea entre otras medidas una HUELGA DE HAMBRE y un BOICOT INTERNACIONAL contra GAZ DE FRANCE.
Sería muy importante que diversas organizaciones en todo el mundo aprobaran el boicot y lo comunicaran a la empresa, a los medios de prensa y a nuestro sindicato.
Otra medida de gran ayuda sería enviar notas pgor fax a la empresa y a los poderes públicos uruguayos y a la embajada francesa en Uruguay reclamando la reincorporación de los dirigentes sindicales despedidos, el respeto a las instituciones democráticas y los derechos de los trabajadores.
Junto a esto se encuentra la necesidad de la solidaridad económica, ya que GASEBA apuesta a quebrarnos por falta de recursos económicos y por las necesidades de las familias de los compañeros despedidos.
Cualquier acción solidaria que puedan concretar será de gran utilidad para nosotros.
Un abrazo fraternal,
Alejandro Acosta
Comisión Directiva
Basándose en un decreto de la Dictadura que habilitaba la venta de la Compañía del Gas el gobierno del presidente Luis Alberto Lacalle (1990–1995) plantea su privatización.
En ese momento significaba un globo de ensayo
que anticipaba la
entrega de todos los sectores estratégicos del Estado en aras del tan
mentado achicamiento del mismo, tal como era exigido por los
organismos de crédito internacionales para otorgar préstamos.
Es así que se comienza con la ya conocida estrategia de no inversión para volver inviable a la empresa y deteriorar su imagen de servicio público ante la población. Sumado a una política de ofrecer retiros incentivados para reducir personal.
Ambas cosas trajeron aparejadas un deterioro tan grave que hizo peligrar el suministro de gas. Ante lo cual nuestro sindicato planteó una lucha decidida para evitar la pérdida de las fuentes de trabajo y el corte del suministro. Logrando que ambos aspectos fueran corregidos, mediante la concreción de las inversiones necesarias y la incorporación a la empresa de más de 100 nuevos trabajadores (que luego en 1994 pudieron quedar como efectivos). Con ese fin se hizo visitar la planta de producción por parte de una delegación de parlamentarios de todos los partidos que constató todas nuestra denuncias).
Paralelamente se inicia la denuncia sobre la decisión de privatizar la Compañía ante los organismos públicos y la población en general. En el entendido de que no podía entregarse al capital privado, y para colmo extranjero, un sector clave para el desarrollo de nuestra economía. Factor aún más decisivo por el ya previsto ingreso del gas natural a nuestro país.
Tomamos parte activa en la campaña contra la Ley de Empresas Públicas, promovida por el gobierno para privatizar todas las empresas del Estado (combustibles, electricidad, telecomunicaciones, etc.). Esa exitosa campaña culmino en un Plebiscito por el cual, el 13 de diciembre de 1992, la ley fue derogada por más del 70% de los votantes.
Lamentablemente, cuando lanzamos nuestra iniciativa de reforma
constitucional en 1993 para evitar cualquier tipo de privatización
(bajo la consigna No se deje robar el resultado del 13 de
diciembre
), no pudimos alcanzar el elevado número de firmas
requerido para llegar a un plebiscito.
No obstante lo cual nuestra organización sindical continuó impulsando la pelea contra la privatización del gas, renovando esfuerzos ante el inicio del proceso licitatorio.
Para ello debimos recurrir a nuevas herramientas para intentar frenar ese proceso, las que también tenían como cometido generar una alianza político-social contra la entrega del servicio de gas.
Así llegamos, en agosto de 1994, a la ocupación de las oficinas de la empresa (hecho inédito para un organismo público en Uruguay) con lo que logramos instalar el tema en la atención nacional, e inmediatamente después llevamos adelante una huelga de hambre por un lapso de 8 días. Gracias a la cual obtuvimos el compromiso político de varios sectores partidarios para que se conformara una Comisión Investigadora en el Parlamento sobre el proceso licitatorio de la privatización.
¿ A qué se debía este reclamo?. A que aquel había estado plagado de irregularidades en la adjudicación a GASEBA del arriendo de la Compañía del Gas. Como muestra de ello cabe citar que existió una modificación de los pliegos de condiciones de la licitación al final del proceso que hizo que solamente la filial de Gaz de France quedara en condiciones de ser la adjudicataria. Incluso las propias empresas competidoras denunciaron esta situación. También recibimos un anónimo que informaba de una serie de irregularidades que fueron denunciadas ante el juez letrado en lo penal por parte de nuestra organización sindical.
Además denunciamos el precio de 30.000 dólares mensuales por arrendar por 30 años la explotación de la Compañía, cuando en ese momento la empresa facturaba U$S 1.000.000 por mes. Un verdadero regalo.
El Parlamento también entendió que existían irregularidades suficientes para formar una Comisión Investigadora, a instancias de lo informado por la correspondiente comisión pre – investigadora. Se votó su creación pero, en un hecho sin antecedentes, nunca fue integrada.
Finalmente, y a pesar de que el Tribunal de Cuentas (organismo administrativo de contralor de la Administración Central) objetó la licitación por encontrarse irregularidades en la misma (decisión modificada unos días después ante las presiones del gobierno, sin dar justificación alguna), Gaseba asumió el control de la Compañía del Gas en enero de 1995.
Concretada la privatización nos planteamos establecer una relación razonable con la empresa y de trabajo por el desarrollo de la actividad gasífera en el Uruguay. Establecimos que sólo nos opondríamos a aquellas iniciativas de la empresa que afectaran negativamente la calidad y seguridad del servicio y los derechos de los trabajadores.
Logramos firmar un Convenio laboral que incluía la estabilidad laboral por tres años para todos los trabajadores de la empresa y el respeto de nuestros fueros sindicales. Este Convenio se fue complementando luego con otros dos convenios que abarcaban desde los temas de seguridad industrial (creando una comisión bipartita para atender esa área) a elementos de reestructura del funcionamiento de GASEBA definidos de común acuerdo.
Pero a pesar de los convenios firmados, empezamos a sufrir presiones para aceptar retiros incentivados (los cuales llevaron a que se perdieran más de 200 puestos de trabajo de un total inicial de 440), se desconoció el escalafón laboral, se iniciaron ataques contra nuestro sindicato, se aplicó polifuncionalidad y flexibilidad laboral sin consultar a nadie, etc.
Paralelamente se vio afectada la vida de la seguridad, ya que Gaseba no realizó las inversiones necesarias, poniendo en riesgo la integridad de los usuarios y de la población en general.
Pueden señalarse varios ejemplos. Desde un deposito de gas en estado deplorable que se negaba a desmantelar (cosa totalmente posible ante la entrada en funcionamiento de la planta de gas licuado petróleo que lo supliría) hasta un incendio y una explosión en la planta de producción en el año 1997 por emplearse metodologías de trabajo inseguras (a las que nos habíamos opuesto por tal motivo), o la utilización de productos tóxicos sin los medios de protección adecuados.
Todas estas denuncias fueron comprobadas por los más diversos organismos públicos del Uruguay: Ministerio de Trabajo, Ministerio de Salud Pública, Intendencia Municipal de Montevideo, Junta Departamental de Montevideo, y Banco de Seguros del Estado.
El comportamiento de la empresa nos obligó a centrar nuestro accionar sindical en la defensa de los derechos de los trabajadores y de la seguridad industrial, haciendo cada vez más difícil que empresa y trabajadores unieran sus fuerzas en el desarrollo del suministro de gas.
A la vez, como respuesta a nuestros planteos GASEBA desencadena la más
aguda represión antisindical que ha vivido el Sindicato del Gas en los
últimos 10 años. A principios de 1996 denuncia unilateralmente los
tres convenios firmados, violando la ley según dictamen de la sala de
abogados del propio Ministerio de Trabajo. Luego despide a cuatro
dirigentes sindicales por denunciar la utilización de un producto
tóxico y cancerígeno (AMERZINE) sin ninguna protección para los
trabajadores y los acusa ante la Justicia Penal bajo la acusación de
robo de planos y espionaje industrial
.
Luego de 80 días de conflicto y 25 de huelga de hambre (que concitó la adhesión de vastos sectores sociales y del conjunto del PIT – CNT), el 4 de mayo de 1996 se acuerda el pase a licencia especial por tres años de los cuatro dirigentes. Pero tanto el Ministerio de Trabajo como la propia Justicia Penal dan la razón a los trabajadores. Ya que el primero dictaminó el 9 de mayo de ese año (cinco días después de firmado el acuerdo) que se eliminara el uso del Amerzine, mientras que la segunda determina que la acusación es falsa y resuelve el archivo del caso; agregando que los cuatro dirigentes actuaron en legítima defensa de la salud de los trabajadores.
Pasada esta situación, y cuando a instancias del sindicato se comienzan las tratativas para restablecer los convenios denunciados y un nuevo relacionamiento laboral (que incluyera el reintegro de los compañeros que estaban en licencia especial), se despide a 33 trabajadores en diciembre de 1996. Los que en su casi totalidad eran dirigentes sindicales, delegados de sección o militantes activos de la U.A.O.E.GAS.
Luego de otro extenso conflicto, donde recibimos toda la solidaridad de nuestra central única (PIT – CNT), la población en general, y de los sindicatos de la energía del MERCOSUR, junto a las centrales sindicales de Francia, se logra dejar sin efecto los despidos, estableciéndose una solución parcial que deja a otros tres dirigentes sindicales también con licencia especial.
Desde el 12 de marzo de 1997 (cuando se firmó el acuerdo que terminó el segundo gran conflicto) la U.A.O.E.GAS., en función de un espíritu de relacionamiento laboral diferente, le ha propuesto a GASEBA tomar un camino de acuerdo mutuo para abrir la perspectiva de un futuro promisorio para la empresa.
La coparticipación entre los actores (capital, trabajo, gobierno, usuarios) es decisiva para trabajar en esa dirección. Estamos convencidos que sin perjuicio de las respectivas identidades es posible trabajar conjuntamente para optimizar la producción y el servicio con los consiguientes beneficios para todas las partes.
Independientemente de la forma que adopte en el futuro la empresa, es imprescindible restablecer ese diálogo y esa complementación entre las partes involucradas.
No se trata de pretender desandar lo andado en el largo y penoso camino que llevó a la privatización de la Compañía del Gas—con respecto al cual UAOEGAS mantuvo y mantiene puntos de vista públicamente conocidos- sino de dar al nuevo marco creado las garantías que permitan que la explotación de un recurso natural no se frustre y que efectivamente el mismo redunde en beneficios para todas las participantes en su explotación, procesamiento, distribución y consumo.
Un antecedente de este espíritu son los ya citados Convenios laborales firmados en 1995. Es decir, no es una aspiración imposible sino que en el comienzo pudo encontrarse la voluntad de llegar a acuerdos que regularan nuestro relacionamiento y ofrecieran el marco para un desarrollo sostenido de GASEBA. En ese sentido consideramos imprescindible dar garantías de estabilidad en las relaciones laborales.
Por eso es necesario un acuerdo que destrabe la actual situación creada a partir de la insistencia de la empresa en despedir a los 7 dirigentes que se encontraban con licencias especiales desde los conflictos anteriores.
Seguimos dispuestos a transitar los caminos necesarios para lograrlo y de una vez por todas conseguir la armonía necesaria con la empresa que evite las continuas confrontaciones. Las cuales lamentablemente se reiterarán de no modificarse la postura de GASEBA. Generándose de nuevo enfrentamientos perjudiciales para ambas partes.
Un proceso de la magnitud de la reconversión del sector energético (que va a cambiar la fisonomía del país), podría complicarse si las partes involucradas no son capaces de superar con espíritu constructivo y con grandeza de miras las desinteligencias que surgieron en las coyunturas que precedieron a la adjudicación de la Cía. del Gas a Gaseba-Uruguay.
Lamentablemente la empresa sigue negándose terminantemente a transitar este camino de entendimiento.
Nosotros seguimos planteando, junto a nuestro PIT–CNT, como paso ineludible para habilitar el real desarrollo de la industria del gas la reincorporación de los despedidos y la estabilidad laboral.
Por iniciativa de nuestro sindicato y de la Coordinadora de Sindicatos de la Energía del Mercosur -C.O.S.S.E.M.-, se ha conformado una mesa de diálogo. Allí GASEBA acaba de manifestar por boca del propio Presidente de la misma, que se niega rotundamente a instaurar un ámbito de discusión sobre la reconversión de la empresa.
La empresa pretende convertir a todos los empleados en microempresas o
cuenta propia que realicen contratos con GASEBA para hacer
instalaciones en los domicilios. Ese cambio dejaría a los trabajadores
en la más absoluta inestabilidad laboral (como se produce actualmente
con los compañeros que ya optaron por este sistema anteriormente) y se
evitarían muchos gastos
salariales, aportes a la seguridad
social, etc.
¡Actitud contradictoria de GAZ DE FRANCE que en Francia acaba de firmar un acuerdo de rebaja de la jornada semanal a 35 horas para posibilitar la creación de 20.000 puestos de trabajo, donde respeta a la organización sindical, mantiene a los representantes de los trabajadores en su directorio, etc.!
Frente a esto nuestra estrategia es llevar el conflicto sin apresuramientos, tratando de aislar a ésta y a su política antidemocrática y colonialista.
Porque resulta sumamente claro que la empresa apuesta a desarticular al sindicato para luego desvincularse masivamente (un despido encubierto en definitiva) de sus trabajadores ante el ingreso del gas natural en el año 2.000, con lo cual se cerraría la actual Planta de Producción de Gas manufacturado.
Para ello nuestra asamblea general ha reafirmado el camino definido tiempo atrás. En el ámbito internacional hemos mantenido, mediante un viaje a Francia efectuado recientemente, contactos y reuniones con parlamentarios, la Iglesia, las centrales sindicales francesas, así como con representantes de GAZ DE FRANCE, para poder llegar a un acuerdo que evite una confrontación con consecuencias imprevisibles.
Hemos recibiendo el apoyo y el compromiso de realizar gestiones para solucionar el conflicto del Obispo de Saint Denis (encargado de los asuntos sociales de la Iglesia francesa), de parlamentarios de la Coalición de Gobierno, del presidente de las Obras Sociales de Gaz de France, incluyendo un aporte financiero para nuestra organización sindical. Se reafirmaron los lazos de fraternidad y la acción común con los compañeros sindicalistas de la casa matriz de la empresa. Con ellos hemos coordinado emprendimientos desde que fuimos privatizados en 1995.
Por otra parte, y siguiendo en el plano internacional hemos mantenido una entrevista personal, junto a los compañeros de los sindicatos de la electricidad y el petróleo, con el Gobernador de Río Grande del Sur, Olivio Dutra. Con él acordamos acciones tendientes a presionar a las multinacionales de la energía de la región, y en especial a GAZ DE FRANCE, para que esta se avenga a aceptar las reivindicaciones de los trabajadores. El gran objetivo de todos los gasoductos que cruzan el Cono Sur de América Latina es el sur del Brasil con sus 8 millones de potenciales consumidores.
Iniciativas que se suman a las ya realizadas con el sindicato del gas de Michigan, E.E.U.U., y especialmente con los compañeros de la Coordinadora de Sindicatos de la Energía del Mercosur (COSEEM) a la cual nos integramos formalmente en la reunión de la misma en nuestro país durante el mes de junio, pero con la cual veníamos concretando iniciativas desde hacía más de dos años. Esta Coordinadora ha tenido un papel destacado en nuestro conflicto, contribuyendo a crear ámbitos de discusión con el Presidente de GASEBA (Pierre Perez) y dejando en claro que el conflicto va a tomar proporción regional si la empresa se niega a aceptar nuestras reivindicaciones.
Y en nuestro país, paralelamente a los paros y movilizaciones con los demás sindicatos en conflicto, apostamos fuertemente, desde hace más de dos años, a la concreción de la Federación de la Energía, con los ya mencionados sindicatos hermanos de la electricidad y el petróleo.
La transformación de la matriz energética de la región y nuestro país va a estar signada por la utilización del gas natural en todas las áreas de la energía, lo cual objetivamente nos lleva a unir nuestras propuestas y acciones desde el aspecto orgánico. Somos conscientes de que es imprescindible fortalecernos para enfrentar la política de las multinacionales, en defensa de los derechos de los trabajadores y también de los de nuestro país.
Por último cabe señalar que estamos seguros de que nuevamente nuestro conflicto se va a tornar en un compromiso de lucha de nuestro pueblo contra la prepotencia colonialista que aplica GASEBA contra sus trabajadores y nuestra población, como ha ocurrido durante los conflictos pasados.